EL INTIHUATANA PREINCA DE LOS GUACAS HUACAR
Por:
Pascual E. ALEJO RETTIZ
Nuestra región Yarowilca (guanucopampa o guanucomarca) antes de la llegada de los conquistadores incas durante los siglos IX - XII, estaban en una etapa de florecimiento de los pequeños reinos en el arte, la cultura, del culto y ofrenda a los dioses tutelares de la “naturaleza espacio” (sol, luna, cerros - jircas, etc.), en la cimentación marcada de su habitad, en la agricultura y comunicación cósmica usual en la vida de los antiguos peruanos.
Para el caso del presente estudio, recogemos
la versión del visitador español Iñigo Ortiz de Zúñiga, quien llegó en 1562,
después de 23 años de la fundación y a 20 años de la traslación de Huánuco viejo,
al actual valle del Pillco o “Billco” donde hoy se ubica la capital del
distrito del mismo nombre, y sugiere al Virrey formar y/o “fundar un grande
pueblo” juntando a los pueblos antiguos en la planicie donde se ubica el actual
distrito de Huacar, por su abundante vegetación y agua que encierra los
conocidos ríos Huacarmayo y Huertas.
Los Guacas eran pobladores de la etnia
chupachos, conocedores de los ritos al sol, a la luna, al tótem cerro o jirca
“Lucila” la guaca más grande que hasta el día de hoy los acompaña, (quizás los
acompaña siempre), de ahí su nombre, testimonio de ello es la famosa GUACA
GOLLORMAYO (piedra estrella de agua), y en cuyo lugar se ubica el INTIHUATANA
PREINCA - USHNO de los HUACAS, que demuestra que no fueron solo los cusqueños
que aprendieron el estudio del tiempo y adorar a los dioses como al sol, la
luna, la tierra.
Sobre el particular, cada día el
misterio de los GUACAS se acrecienta, y se viene encontrando más vestigios, por
ejemplo, la comunicación antigua de los Guacas geométricamente visualizado
desde el Ushno Collormayo, con los pretéritos pueblos preincas de Acosch, Atash
y Guacas, y de estos lugares a otros centros ceremoniales de Ambo y Huánuco.
El Intihuatana preinca, son tres piedras
monolíticas (o huancas) destacadas en contacto con la madre tierra (1) como “para
amarrar al Sol”, a quien consideraban nuestros antepasados como su padre y
dios, pues, querían sujetarla para siempre, expresión oral transmitida de
generación en generación por los andes y cordilleras del Perú, y que los incas
lo hicieron suya perfeccionando el tallado en piedra y trabajadas en metales
preciosos (oro y plata) y lo veneraban en sus ritos.
… “pues hijo de mis entrañas, mientras
brilla el sol, alumbra la luna y el cerro Lucila este ahí frente a nosotros,
nunca los huacarinos andaremos solitarios, porque somos hijos de la naturaleza,
y volveremos hecho polvo a fortalecer su existencia eterna” (2).
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(1) En Huacar se
encuentra las tres piedras (junio, agosto y diciembre), una de ellas es piedra
cuarzo conforme refieren las leyendas, que servían para observar el tiempo y
las estaciones del año.
Algunos que visitan
este lugar, afirman que sienten una energía libre (sana) ante la mirada al
“cerro Lucila”, Atash y Acush; que también fluye una visión y contacto con los
nevados de Hualmish, Juchijanca, Guellgay (junio – agosto), más aún cuando se
encuentran ante la “piedra madre” (lugar de ofrenda y rito al sol, a la luna y
a la tierra), y donde la piedra monolítica mágica (custodiada) recoge
las energías de sus dioses, para proteger a los pueblos que los veneraban en el
pasado.
2) Texto de una parte
del poema inédito: “Hombre del ande, tú no estás solo” Autor: PEAR.