martes, 6 de octubre de 2015

El expediente Prado, Parte II

“El expediente prado”

Parte II

Un libro escrito con bibliografía fraguada y argumentos tendenciosos de su autor

Mariano Ignacio Prado es juzgado por García Belaunde en su llamado libro “el expediente Prado” con argumentos fuera de toda lógica histórica, así como falto de una crítica imparcial, más al contrario estamos ante un libro que tiene la virtud de haber `recogido todos los desechos´ escritos por los rivales políticos ocasionales de la época.

No podemos seguir repitiendo estas majaderas apreciaciones, contra el héroe del 2 de Mayo  (segundo Libertador de América y general de cinco países) y del dos veces presidente del Perú.

La verdad histórica que muy poco se difunde, es preciso darlos a conocer frente a la alevosa y ventajosa conducta de un congresista que, hace abuso del poder en el presente siglo.

Para nosotros, Prado no fugo ni robo dinero alguno, pues viajo con permiso del Congreso de la República, y desde que llego a Europa, secundado por los comisionados plenipotenciarios Rosas y Canevaro, no desmayó en trabajar para obtener los créditos necesarios con la Peruvian Guano Co. de Londres, para la compra y obtención de armamentos y buques de Guerra, pese al  golpe de Estado del 23 de diciembre de 1879 que lideró el nefasto monje y dictador Nicolás de Piérola, contra un gobierno constitucional. “en su furia y arrebato destituye también a los comisionados nombrados”, cuya honorabilidad y figuración política dejaron huella histórica para el Perú.

Es en estas circunstancias, el 22 de mayo de 1880 aparece el decreto que declara traidor y priva de todos sus derechos civiles y militares a Mariano I. Prado, creyendo el necio Piérola, sepultar para siempre la figura y el honor del mandatario ausente.

Quimper, Ministro de Hacienda del gobierno de Prado, en su célebre manifiesto que publica en 1881, explica los móviles del presidente Prado para ir a Europa y los EE.UU. Dice: “La marcha del general Prado, pudo no ser oportuna, pero es una infamia calificarla de fuga o abandono dejando en acefalia el estado, como lo repitieron mil veces el dictador y sus cómplices”.

Ahora bien, sobre los donativos para la guerra. El presidente Prado nombró por decreto supremo una junta central administradora de donativos para la guerra, compuesta de 25 miembros, esta junta la integraban personajes de extraordinario renombre moral. (Véase el diario de debates del congreso,1879, Pág.29).

Por tanto todos los aportes fueron custodiados por dicha junta. Prado no las toco ni tuvo tiempo de tocarlos, porque se estaban organizando las colectas cuando sucedió su viaje a Europa y derrocamiento.

Estas colectas y donaciones los recibió  el propio dictador, como explica con detalles y pormenores su biógrafo del dictador señor Jorge Dulanto Pinillos, en el libro dedicado a exaltar su memoria. 

Fuente: Hojas sueltas del libro inédito “Huánuco en la guerra con Chile”. PEAR

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Jr. 28 de Julio Nº 630 - Huánuco